Arrancad las semillas, fusilad a los niños - Kenzaburo Oé

Título original: Memushiri kouchi
Año: 1958
Editorial: Anagrama

Traductor: Miguel Wandenbergh
Páginas: 183
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Arrancad las semillas, fusilad a los niños cuenta la historia de un grupo de delincuentes juveniles de un reformatoria que, durante la Segunda Guerra Mundial, son evacuados a un pequeño pueblo casi incomunicado. Odiados y despreciados por los campesinos y las autoridades, cuando una epidemia asola el lugar los adolescentes son encerrados y abandonados a su suerte.

La historia está contada por el cabecilla de los jóvenes del reformatorio y, como se ha dicho, está ambientada en una aldea casi incomunicada de Japón en lo que podemos situar como casi el final de la Segunda Guerra Mundial. Tan avanzada la contienda, por supuesto que marca la vida en todo el país pero la novela no trata sobre el conflicto bélico y éste apenas tiene relevancia en el devenir de los acontecimientos.

Aunque son quince los que forman el grupo de adolescentes son pocos los que se dan a conocer y tienen importancia en la novela. Además de al cabecilla y narrador, del cual desconocemos su nombre, y de su hermano pequeño, un niño tierno que poco tiene que ver con sus compañeros; cabe destacar principalmente a Minami, un chaval indomable que en ocasiones ejerce como segundo de a bordo de nuestro protagonista y otras veces se plantea como alternativa a su liderazgo. A estos personajes principales hay que añadir algunos otros como el coreano I o "la niña" con quienes los chicos se ven obligados a convivir en el pueblo.

Arrancad las semillas, fusilad a los niños cuenta una historia dura donde los prejuicios y la incomprensión están muy presentes. Y esta incomprensión e incluso odio injustificado no se centran sólo en los adultos que deciden abandonar a los jóvenes delincuentes marchándose del pueblo dejándolos dentro e incomunicados cuando la epidemia los asola, sino también entre distintas razas, entre personas con una visión diferente de las cosas... Prejuicios, egoísmo y desesperación. De hacer lo que sea necesario para sobrevivir en las mejores condiciones posibles es de lo trata esta novela.

A pesar de que los hechos en sí son duros, el autor lo cuenta de una forma bastante sutil y hace que el libro se lea de una forma amena. El lenguaje es bastante sencillo y ágil y, sinceramente, creo que sería una buena lectura para colegios e institutos. No había leído nada de este autor y lo cierto es que tengo ganas de leer algo más suyo.