Siempre hemos vivido en el castillo - Shirley Jackson

Título original: He Have Always Lived in the Castle
Año: 1962
Editorial: Minúscula

Traductor: Paula Kuffer
Páginas: 222
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Siempre hemos vivido en el castillo es la última novela de la autora. En ella conocemos la extraña vida de la familia Blackwood que vive prácticamente aislada del mundo exterior y cuyos tres miembros Merricat, su hermana Constance y el tío Julian son los únicos supervivientes de un trágico suceso en el que murió el resto de la familia.

La historia está contada desde el punto de vista de Merricat en primera persona. Ella es la única de la familia que sale al exterior ya que es la encargada de comprar las provisiones que necesitan en las tiendas del pueblo y desde el comienzo del libro vemos que los lugareños desprecian e incluso la odian a ella y a su familia.  Vemos también que Merricat no se siente cómoda bajando al pueblo y que la animadversión de los vecinos hacia ella es mutuo pero lo que no sabemos es el por qué.

Desde el principio sabemos que ha pasado algo horrible con la familia Blackwood y que ha provocado la reclusión de los últimos miembros y poco a poco vamos descubriendo qué es lo que ha sucedido gracias principalmente al tío Julian. Él es un hombre enfermo que apenas se vale por si mismo y que vive en su propio mundo intentando escribir a toda costa la crónica, con el más mínimo detalle, de lo que ocurrió el día que su familia murió.

Por otro lado está Constance la hermana mayor de Merricat. Es una joven encantadora y delicada que se encarga de las tareas del hogar pero que nunca sale de la casa y que apenas es capaz de ver y hablar con gente que no conozca. Su dulzura y delicadeza contrasta con el temperamento de su hermana pequeña ya que Merricat es arisca y salvaje.

Estos tres personajes viven su vida de una forma muy organizada y rutinaria en la casa que para ellos constituye un mundo propio en el que sólo ellos pueden entrar hasta que todo cambia de golpe con una visita inesperada que pone su mundo patas arriba y acaba desvelando lo que realmente se esconde detrás de cada uno de los personajes, incluidos los vecinos del pueblo.

Siempre hemos vivido en el castillo es una novela con una atmósfera muy peculiar en la que las cosas que sólo se intuyen pero no se dicen tienen mucho más valor que lo que se cuenta abiertamente. Además es uno de esos libros rodeados por un halo de misterio que se disfruta más cuanto menos sepas de la historia. Es muy corto y tanto por la trama como por la forma de escribir de la autora resulta hipnótico y es muy difícil no quedarse atrapado en la historia. Un libro muy recomendable.